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Por Alan Prado 

La palabra humano, que viene del latín humanus, cuyo significado es: “relativo al hombre, humano”; relacionado con humus -tierra-, y homo -hombre-.
El hombre utiliza su cerebro para inventar el bien y el mal y lo hace porque no puede aceptar y controlar su ego personal, convocando personajes capaces de actuar sin obstáculos ni culpas, en función de sus preferencias y deseos. Los ángeles y los demonios son formas externas de energía de nosotros mismos, proyecciones de creencias, personificando aspectos que les preocupan. 

La adoración de cualquier entidad es una ficción, un terrible engaño, una mentira absoluta. Nos creemos iluminados y conscientes de los misterios de la creación, pero en cambio somos salvajes con instintos depredadores, capaces de engañarnos a nosotros mismos y a los demás. Nos creemos indispensables, pero en realidad somos sólo una ilusión de nuestro egoísmo. 

El humanismo se adhiere a las cualidades humanas naturales y no apela a ninguna religión, dogma o deidad; La idea de innovación cultural, cambiando la percepción humana, conservando los viejos cimientos para restablecer una sociedad nueva, fuerte, autónoma, libre y más cercana a la humanidad.

El humanismo es un movimiento intelectual, filosófico, cultural, tanto estético, científico como ético, que ha comenzado a desarrollarse entre las nuevas y recientes generaciones de jóvenes y adultos de una edad MEDIA. ...democrático y ético, afirmando que los humanos tienen el derecho y la responsabilidad de dar significado y forma a sus propias vidas sin recurrir a la religión, dioses o figuras morales.

Alan Prado (AMEP 11:11).